-¿Ve ese acantilado de allí? No se preocupe, está a un kilómetro y no tenemos que acercarnos a él por ninguna razón. Sencillamente lo remarco para tener un tema de conversación.

-Sí, eso está muy bien. *empieza a conducir directo hacia el precipicio*

-¿Pero qué está haciendo? Si no tenemos que ir hacia allí. ¡Podemos ir por otro lado!

-Ya, bueno, pero igualmente…

*coche cae por el acantilado*

Esto, más o menos, ocurrió en una rueda de prensa cuando a Neus Munté le preguntaron sobre el artículo de Político que coloca a Puigdemont como una de las personas que podrían arruinar el 2017. Podéis ver su respuesta aquí. Básicamente, lo que dijo fue “No solemos comentar sobre artículos de opinión, y no tenemos por qué, pero lo haré de todos modos y, ya de paso, meteré la pata en esa inmensa pila de excrementos que tengo ahí delante. Porque yo lo valgo.” Y se tiró por el acantilado.

Lo más divertido es que el artículo ni tan siquiera está bien escrito o investigado. Es periodismo fácil y bastante superficial, su sesgo se le ve a la legua, y algunas de las entradas ni tan siquiera tienen mucho sentido (“Hackers rusos.”) Podría haberse callado, soltado un “No comment”, o -ya puestos- atacar la profesionalidad, ética, o salud mental del periodista. De hecho, la respuesta más acertada habría sido “¡Eso es absurdo! ¿Cómo va  Puigdemont a arruinar nada si apenas tiene poder para hacer nada aquí?” Pero claro, el problema de tal respuesta es evidente. Jamás hay que admitir debilidad o impotencia, así que ante tal coyuntura, no se puedo callar, y tuvo que abrir la boca y decir que ser incluídos en una lista de gente que puede arruinar el año es que te sitúen en el plano internacional.

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Con un par. No sé de qué, y probablemente no sea bueno, pero con un par.

PD: Los comentarios de hipersensibles procesista/secesionistas/separatistas/whatever en el artículo de Politico asumo que también ayudarán a la proyección internacional de Cataluña.