Pero la política catalana parece instalada en el quando peor mejor, que históricamente no nos ha dado buenos resultados. Ninguno de los consejeros o diputados de Junts pel Sí a quienes les pregunté durante el último pleno cómo acabaría todo esto me auguraron que acabaría bien. La mayoría se encogieron de hombros y justificaban los hechos con la conocida teoría de que ahora no se puede dar marcha atrás.
Fuente: traducido de e-notícies en Sí que hay fracutra social.
Que el movimiento secesionista sigue la lógica de “p’alante que me he cargado los frenos” no es seguramente una novedad, lo que lo es (un poco) más es que ellos mismos admitan que saben que el tema no acabará bien, y que la huída hacia delante es una excusa.
Pensad en ello por un momento: Los líderes de un movimiento que públicamente dicen que la independencia está a tocar, en privado (bueno, relativo privado pues se lo dicen a un periodista), admiten que no, que de eso nada y que todo va a acabar mal.
¿Exáctamente qué clase de legitimidad tiene un gobierno que sabe que su proyecto está destinado a acabar mal y que parece que únicamente siguen por la inercia de la épica y la mentira? En otras palabas, un gobierno que admite mentir a la población y a sus votantes. No puedo ni imaginarme los problemas de conciencia que deben tener para que no sean capaces de cerrar la boca ante un periodista que saben que lo escribirá. Y teniendo en cuenta la facilidad con la que lo admiten, eso demuestra el grado de engaño y corrupción de los medios afines a la Generalitat, que ni tan siquiera hace la pregunta elemental: ¿Cómo acabará esto?
No es que sea realmente una sorpresa, pues ya se destapó hace tiempo que los líderes del Procés mienten y hasta prefieren perder a ganar porque NO QUIEREN LA INDEPENDENCIA (o no se atreven), pero nunca está de más otra confirmación. Desgraciadamente, estamos tan acostumbrados a ello que creo que muchos lectores podrían haber leído el párrafo del principio y no haberse dado cuenta de las implicaciones de lo que está escrito. En cualquier caso, recupero un fragmento de ese artículo sobre Jordi Sánchez, líder de la ANC:
Descartada la aplicación del 155, Sánchez explicó que de lo que se trata es de proyectar al mundo mediante esos artificiosos “actos de soberanía” la imagen de que el Parlament ya actúa como si fuera de facto independiente de la legalidad española, con el objetivo de forzar la mediación internacional para resolver el “contencioso entre Cataluña y España”. Confía Sánchez en que esos resultados electorales que él mismo reconoce insuficientes lleven a la comunidad internacional a imponer al Estado español la celebración de un referéndum de autodeterminación para Cataluña. No parece que las recientes declaraciones sobre Cataluña del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, vayan en esa línea.
Para los ideólogos del proceso el objetivo ahora es llevar la situación a un punto de no retorno.
“”””La comunidad internacional.””””
¿¡Ése es su plan!? ¿Qué clase de idiotas dirigen el Procés? En serio, es una pregunta importante. Esto ya no es un tema de diferencias ideológicas, es de inteligencia elemental y sobre tácticas que equivalen a pegarse un tiro uno mismo.
¿”Porque ya no se puede dar marcha atrás”? Eso es mentira, siempre se puede, y mucha gente lo agradecería (es más, estoy seguro que muchos independentistas también lo agradecerían.) Y si se hace bien, puedes quedar como un señor y seguir haciendo eso de “ampliar la base social” de todos modos. Vamos, que podrían estar haciendo lo mismo de ahora pero sin tener que ir creando problemas y tensiones (TV3 podría seguir haciendo propaganda y todo el rollo.) La única conclusión a la que llego -pues la confrontación ya no es una estrategia racional (por muy perniciosa y retorcida que sea)- es que se han vuelto tontos. Se han creído sus propias historias sobre la épica y los tanques por la diagonal y creen que el mundo funciona así.
Es más, teniendo en cuenta la gente que está en contra del Procés y los independentistas cansados que como mínimo desearían una pausa, creo que yo que la MAYORÍA de la sociedad Cataluña está a favor de ponerle el freno. Por lo tanto, ¿quién o qué impiden la marcha atrás? ¿La sociedad o su arrogancia y narcisismo épico/ideológico?
¿Qué sentido tiene continuar si ya sabes que el único objetivo por el cual te votaron no lo obtendrás? ¿Es que quizás ésta es una estrategia de tierra quemada, para luego atribuírle la culpa de todo a “España”? Puede ¿Es “porque ya no se puede dar marcha atrás” sencillamente un código para no decir “porque somos cobardes y tenemos miedo por todas las mentiras que hemos dicho”? También.
Encadenan bobadas una detrás de otra, con tal aire de solemnidad que se las creen… hasta que alguien les dice: a ver, explícame esto que no lo entiendo. Vaya, lo que suele hacer Rius.
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