La fábrica de independentistas

Ya no se usa tanto, pero hubo un tiempo en el que la frase “la fábrica de independentistas” estaba de moda. La idea viene a decir que son los otros (Madrid, Rajoy, el centralismo, etc.,) los que crean a los independentistas. Es decir, que un día, un catalán normal, se levanta y ve otra afrenta más contra su patria y se hace independentista.

La frase suele usarse por los propios independentistas cuando ¿culpan? -habitualmente al PP,- de que sus actuaciones son las que crean independentistas. Hay que admitir que el argumento es ingenioso, pues te permite salir venciendo casi siempre: Supón que exiges algo y (a) te dicen que sí porque temen el peso de la idea que representas y todos los que te acompañan. Entonces sales reforzado y te proclamas vencedor, y como a la gente le gusta el caballo vencedor, la popularidad de tu partido/grupo o lo que sea subirá. Y aunque no sea el caso, tú igualmente lo afirmas, que subirá.

(b) Supón que te dicen que no, pues entonces proclamas que esa negativa creará más de los tuyos.

Por lo tanto, da igual lo que ocurra, parece que tú siempre sales ganando. Es, de hecho, un estrategia para exigir lo que quieres o, como mínimo, forzar al otro a callarse y adoptar una postura de sumisión.

Por supuesto, esta táctica tiene propietario. Tu puedes decir de todo del PP, Madrid, España, o lo que sea, pero eso nunca será una fábrica de españolistas y jamás se devolverán (pues devolver el insulto es muestra de fascismo, o algo por el estilo.) No porque no pueda serlo, sino porque al que insulta no se le ocurrirá tal cosa. Es inconcebible. De hecho, según su concepción del tema, mofarse del oponente lo debilita, y justamente por eso se hace. Desgraciadamente, al comportarse así, uno está admitiendo que tiene un problema narcisista bastante grave y está actuando como el prototípico crío de la nobleza malcriado.

No estoy diciendo que eso de “fabricar independentistas” sea falso, pues puede que sea cierto. Lo que estoy diciendo es que si, junto a eso, se es ciego al hecho de que NO hay fábrica de españolistas, eso no es una virtud de Cataluña, algo de lo que estar orgullosos, o algo que contentar desde Madrid, pues es un defecto cultural y social muy serio. Implica que aquí hay cientos de miles de personas con la piel tan fina y un orgullo colectivo tan fuerte, que la mera opinión diferente, mofa (y suave) o, sencillamente, mostrar un poco de testiculitis cuando un nacionalista exige algo, es suficiente como para arrojarlos al nacionalismo y pedir la ruptura con un país. Que el mero hecho de decir “no” ofende, como un insulto personal al orgullo colectivo, y que ese orgullo es tan frágil que a la mínima se rompe (de nuevo, algo muy narcisista.) Puede que sea cierto, pero admitir que hay una fábrica de independentistas es admitir que muchos catalanes son inestables y que justamente por eso deben ser contentados, porque son inestables.

No estoy seguro que eso sea algo de lo que estar orgullosos.

2 thoughts on “La fábrica de independentistas

  1. Juanmari

    Cierto y curiosamente nunca se reconocía, incluso se negaba, que el número de independentistas creciera por alguna labor propia. De hecho, ahora cuando se habla de “ensanchar la base social independentista” nunca se dice cómo y con qué medios se va a hacer. No sé si es la costumbre de responsabilizar al otro o que el debate racional y fáctico no interesa. Buen post.

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